Month: noviembre 2012

Gracias a Dios por la acciónde gracias

Tengo un amigo que tiene una serie de problemas. De hecho, en estos momentos parece como si hubiera cadenas alrededor de su bienestar físico, emocional y desde el punto de vista de las relaciones. Me he sentido destrozado al escuchar sus historias de abuso, frustración y oraciones aparentemente sin respuesta.

Nos reunimos con regularidad para orar por sus problemas. Por…

Cuando entra el temor

Cuando mi hija gritó: «¡Mamá, un bicho!», miré hacia donde señalaba y vi la araña más grande que he visto fuera de una tienda de mascotas. Tanto la araña como yo sabíamos que no le permitiría quedarse en nuestra casa. Sin embargo, cuando la enfrenté, descubrí que no podía dar ni un paso para poner fin a la confrontación. Se me aceleró el pulso, tragué saliva y me dije algunas palabras de aliento. Aun así, el miedo hizo que no pudiera moverme ni un centímetro.

Simple gratitud

La historia de los diez leprosos a quienes Jesús sanó siempre fue una favorita de la escuela dominical. Se nos recordaba cuán desagradecidos habían sido los nueve leprosos. Ni siquiera se molestaron en decir «gracias».

A menudo me he preguntado por qué no regresaron unos cuantos más de ellos. ¿Por qué pensaron tan poco en Aquel que los había tocado…

Sorpresa divina

Después de diez años de alquilar una casa en un lugar encantador, nos enteramos de que el dueño tenía que venderla de inmediato. Le pedí a Dios que permitiera que mi esposa y yo nos quedáramos en ese lugar que habíamos convertido en nuestro hogar y donde habíamos visto crecer a nuestros hijos. Pero el Señor dijo que no.

Discernimiento, Nivel I

Recientemente, Charlie Gibson, de la cadena ABC, informó de una tendencia cada vez mayor en las escuelas y universidades a hacer trampa usando alta tecnología. A lo largo de una investigación de seis meses descubrió que los estudiantes usaban cámaras de teléfono celular, mensajes de texto, y PDAs para hacer trampa de una manera más eficiente. Y el plagio de…

El reto de la riqueza

Cuando vivíamos en Kenia, en la década de 1980, con mi familia llevamos en el auto a una joven desde Nairobi hasta un lugar cerca del Lago Victoria, donde vivían sus padres. En el camino, paramos en la ciudad de Kisumu para dejar el equipaje en un hotel donde nos alojaríamos después de llevarla hasta su casa. Cuando nuestra amiga vio la habitación que nosotros considerábamos de un tamaño normal con dos camas, dijo: «¿Todo este espacio solo para cinco personas?». Lo que para nosotros era común y corriente, para ella, era un lujo. Las riquezas son relativas, y los que vivimos en países prósperos tendemos a quejarnos de un estilo de vida que otros adoptarían con suma alegría.

Cansada pero renovable

Amedida que los meses avanzaban lentamente y seguíamos raspeando y pintando, limpiando, arrancando y reemplazando todo lo que estuviera a la vista en nuestra casa nueva, mi hija finalmente dijo con un toque de exasperación: «Dime de nuevo por qué querías esta casa.»
Luego de vivir en la misma casa durante 27 años, decidimos mudarnos. Pero la casa que compramos…

Un Dios generoso

Hace poco, entré en el vestíbulo de un hotel que exhibía el mayor arreglo floral que he visto en toda mi vida. Rebosaba de colores; perfectamente dispuesto y con una fragancia asombrosa. Hizo que me detuviera y admirara su belleza un instante. Me llevó a reflexionar en que la abundancia tiene algo que atrae nuestro corazón. Piensa en la cautivante belleza de una fuente rebosante de frutas coloridas o en una mesada cubierta de tres o cuatro tartas listas para disfrutar después de una pródiga cena del Día de Acción de Gracias.

Doctrina, detalles y el diablo

Hay miles de denominaciones dentro de las filas del protestantismo. Las divisiones, las separaciones de las divisiones y las separaciones de las separaciones han producido denominaciones de gran y pequeña envergadura, y evangélicos de toda tendencia: desde los que  practican la adoración contemporánea a aquellos que practican una altamente litúrgica; desde los que hablan en lenguas a aquellos grupos centrados…

Oídos sordos

Cuando Thomas Gallaudet se graduó del seminario en 1814, había planeado convertirse en predicador. Sin embargo, su llamado al ministerio tomó un giro inesperado cuando conoció en su vecindario a Alicia, una nena de nueve años que era sorda. Gallauder empezó a comunicarse con ella escribiendo palabras con un palo en la tierra.